Te contaré algo más sobre mí.

Con 14 años después de un diagnóstico de escoliosis severa doble, me hice vegana. Durante años tuve unos cambios bastante drásticos de peso, todos los meses tenía dolores horribles con mi menstruación (dismenorrea), migrañas, inflamación, etc.

Me diagnosticaron con un quiste a los 23 años. Un quiste de líquido según decían. La realidad era completamente distinta, sufría de SOP (Síndrome de Ovario Poliquístico)

En ese momento, después de haberme recetado pastillas anticonceptivas, parches, etc. decidieron que lo mejor para mí, era IMPLANON (un implante anticonceptivo que se coloca en el brazo, justo debajo de la piel…)

Los dolores empeoraron, sufrí de amenorrea durante un periodo de 10 meses (eso lo empeoro todo). Empecé a sufrir de caída de cabello, acné severo, dolor en articulaciones, y empeoró mi dolor de espalda.

Desesperada, mi madre recomendó que me retiraran el implante, al hacerlo noté algo de mejoría en cuanto al dolor. Sin embargo, adelgacé muchísimo durante los siguientes meses hasta pesar 57 kilos, midiendo 1,74cm. Mis sangrados eran muy abundantes y la falta de apetito aparecía y desaparecía constantemente. Mi cuerpo era una revolución hormonal.

Con 29 años, empecé a sufrir de manera drástica, una inflamación severa en todo mi cuerpo. No entendía qué pasaba, ya que me alimentaba exactamente igual (seguía siendo vegana ) y hacía deporte. Era una mujer sana me decían. Fui a médicos, me hice pruebas, pasé por nutricionistas, terapeutas, endocrinos, y cada vez iba a peor.

Con 33 años y 115 kg, empezaron los ataques de pánico, ansiedad, dolores horribles en el cuerpo, diabetes tipo 2, hipotiroidismo, hígado graso, menstruación irregular, estreñimiento de hasta una semana; manchas, ronchas y acné en cara y cuerpo, caída de pelo con calvas en la cabeza, palidez e incluso color amarillento de piel.

A partir de ese momento, actué por mi salud y la de mi pareja (Victor) ya que se encontraba en una situación muy parecida. Empecé a investigar sobre nutrición y procesos metabólicos. Cambié radicalmente todo mi estilo de vida y alimentación. Pasé a una alimentación cetogénica, implementando ayunos intermitentes poco a poco. Para mi sorpresa, bajé casi 20 kg en un mes. En los siguientes 3 meses revertí hígado graso, hipotiroidismo y ya pesaba 82 kg. Pasados 9 meses, mi peso estaba en 70 kilos, mi pelo era abundante, ya no sufría de acne ni ronchas, y mis manchas en la cara empezaban a desaparecer. La inflamación ya no estaba, y lo más importante, la vitalidad y las digestiones que tenía eran perfectas.

Ahora con 36 años, y después de 2 años y medio en mi propio estilo de vida IRVI ANCESTRAL, puedo decir que soy una mujer que disfruto de mi menstruación sin ningún tipo de dolor. Mi cabello es ahora largo y más abundante que nunca. Mi piel tiene un tono perfecto, y ni rastro de imperfecciones ( las manchas desaparecieron solas). He llegado a la sanación metabólica disfrutándome a mí misma como jamás lo había hecho antes. Ahora me encuentro completamente sana de cuerpo, mente y alma.